Ante un panorama tan incierto, e igualado, como el que se preveé de cara a las próximas elecciones catalanas del 21-D, donde el escenario resultante de los comicios será de vital importancia de cara al futuro de España y, sobre todo, de Cataluña, cualquier variable puede jugar un factor desencadenante.
Y bajo este marco contextual de enorme complejidad, la participación será la llave del futuro de Cataluña. Ya en 2015 este dato alcanzó una cifra récord con un 75% de participación. Un hito único en cuanto a elecciones autonómicas se refiere, solo superado en 4 ocasiones anteriores, todas ellas elecciones generales.
¿Se puede superar el listón del 27-S?
Las elecciones al Parlamento de Cataluña del 2015, ya sucedieron en un contexto de fuerte polarización y máxima tensión política. Enmarcadas en un escenario de “plebiscitarias” sobre el proceso independentista, la movilización alcanzó unas cotas sin precedentes y parece difícil que este grado de participación diste mucho de esa barrera del 75%.
A pesar de ello, la mayoría de los sondeos publicados durante la campaña vaticinan un aumento de unos 5 puntos, aproximadamente, respecto los comicios del 2015. Barajando incluso la posibilidad de superar el listón del 80% de votos contabilizados en los comicios del 1982, cuando el PSOE de Felipe González “arrasó” en Cataluña, catapultando al líder socialista hacia la Moncloa. Con una movilización, sin precedentes, del cinturón (“rojo”) de Barcelona.
La excepcionalidad de la jornada electoral, acompañado de ser en día laborable, acrecientan las incertidumbres entorno al efecto sobre la participación. Siendo diversos analistas los que vaticinan que este hecho puede aumentar, en cierto grado, la movilización. Esta afirmación llega al deducir que la gente puede ser más propensa a acudir a las urnas en una jornada laboral, puesto que el coste de oportunidad es menos elevado (no se trata de un día de reposo o de estar en familia, como sí lo es el domingo) y hasta la posibilidad de ausentarse por unas horas del trabajo, para llevar a cabo el derecho a voto, puede ser un aliciente.
¿A quién beneficia un aumento de la participación electoral?
Las preferencias electorales de los abstencionistas tienden a estar más en sintonía con los partidos no secesionistas.
Las hipótesis van encaminadas a afirmar que a más participación, es previsible más apoyo a los partidos no independentistas. Es por esto que creo conveniente analizar, a través de diversas variables, el perfil del votante abstencionista en los comicios autonómicos de Cataluña, para confirmar, o no, esta afirmación. (Destacar que dentro de este concepto, "abstencionista", también se engloban aquellas personas que, debido a no tener la edad legal para votar, no participaron en las elecciones catalanas del 2015. Pero al tratarse de un número muy reducido, los datos no tendrán un sesgo relevante).
- Lengua habitual:
(%) | TOTAL | VOTÓ A JXSÍ | NO VOTÓ |
Catalán | 41,6 | 79,2 | 24,8 |
Castellano | 48,1 | 13,6 | 63,7 |
Las dos lenguas | 8,5 | 6,9 | 8,2 |